Atención conjunta:

Este primer tema plantea una serie de ejercicios para estimular una habilidad crucial para el posterior desarrollo de la ToM: la respuesta a la atención conjunta. A través de diferentes niveles de dificultad, pretende enseñar al niño a dirigir la atención allí donde señala el personaje, así como al lugar donde mira. Y no solo eso, sino lo que realmente es más importante: comprender la importancia de la mirada en la comunicación y descubrir toda la información que se puede obtener si centramos el foco de atención en el interlocutor. Al margen de lo adecuado que pueda ser mantener el contacto visual entre las personas, se persigue que el niño se acostumbre a hacerlo de manera natural, al ser capaz de descifrar y procesar más información del rostro, así como de los gestos básicos como el señalamiento. Esta habilidad requiere que el niño entienda a nivel simbólico la existencia de una línea imaginaria entre el dedo que señala y el objeto señalado y es la base para el desarrollo posterior de habilidades cognitivas superiores. Además, enseña que mediante la mirada podemos comunicar deseos o intenciones, remarcando la importancia del contacto visual, a veces difícil para los niños con TEA.

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